Solamente HUNOSA, por sí misma, tiene agua equivalente a dos pantanos como el de Tanes, lo que convierte a sus pozos en el mayor almacén de agua de Asturias.
En la reunión del Comité regional del SOMA-FITAG-UGT celebrada ayer, hemos debatido varias propuestas y líneas de actuación relacionadas con la energía y, muy particularmente sobre la ventaja competitiva que existe en los territorios de transición justa con un recurso tan importante en estos momentos como es el agua.
En los pozos mineros asturianos del área central, entre el agua que se bombea y la que se encuentra embalsada, HUNOSA atesora el equivalente a dos pantanos como el de Tanes que, recordemos, abastece a más de 800.000 habitantes de la zona centro.
Un mayor aprovechamiento del agua de mina que, además del potencial que ya supone la Geotermia, y que ya se está desarrollando, merece ser objeto de estudio, por su buena calidad, en el proceso de producción de hidrógeno.
Hace tiempo que desde el SOMA-FITAG-UGT, apoyamos públicamente la propuesta de utilizar el agua de mina en la fabricación de hidrógeno planteada por el Doctor Emilio Nieto, director del Centro Nacional del Hidrógeno y Pilas de Combustible, durante su conferencia en la Cámara de Comercio de Oviedo, titulada “El Hidrógeno, una oportunidad para Asturias”.
Expuso la posibilidad de utilizar el agua de la mina desde un doble punto de vista. Por una parte, debe vigilarse y mantenerse bombeos en los pozos mineros cerrados para evitar posibles daños y atender a la responsabilidad de subsidencia de los activos mineros; y por otra, destacó que la buena calidad del agua que es necesario bombear, podría utilizarse en el proceso de producción de hidrógeno.
Así mismo, ante el auge del sector de los centros de datos, Asturias y HUNOSA deben posicionarse y aprovechar su ventaja competitiva que no es otra que el agua de mina que debe bombear inexcusablemente, y que es un bien escaso en otras comunidades autónomas.
Alguno de estos centros de datos puede llegar a consumir más de 660 millones de litros al año, por lo que no parece muy acertado instalar estos macrocentros donde la sequía y hasta el propio abastecimiento de la población ya supone un problema.
Es por ello, que con este potencial que tiene la empresa pública, pedimos al Gobierno del Principado, que sea tan exigente como lo hacen otros gobiernos autonómicos porque tiene el bien preciado del que ellos andan escasos: agua.
A mayores, el aprovechamiento del agua de mina para la producción de energía eléctrica verde y limpia mediante la instalación de tornillos hidrodinámicos y turbinas de vórtice gravitacional para desarrollar los saltos de agua de diferentes pozos de la empresa, es otro vector de crecimiento y de futuro.
Estos sistemas de producción de energía se presentan como una posibilidad de reducir los gastos producidos por dichas instalaciones de bombeo y pueden dar una producción de energía de manera continua, a bajo coste y muy a largo plazo, ya que estas salidas de agua de mina pueden ser prácticamente perpetuas.
La creación de una red de microgeneración hidráulica, facilitaría el mantenimiento del empleo del personal proveniente de los pozos, mediante la construcción de la obra necesaria para alojar las centrales de microgeneración, como su posterior limpieza y mantenimiento periódicos.
Así mismo, cabe destacar también la posibilidad de implantación de Centrales Depuradoras Reversibles en zonas del suroccidente asturiano, cuyo objetivo sea, por un lado, eliminar los posibles contaminantes que contienen las aguas procedentes de las labores mineras y reducir el impacto de dichos vertidos sobre los cauces adyacentes; y por otro, utilizar los más de 1.000 m3/día que estimamos se vierten, como agua de aporte a la Central Depuradora Reversible para uso hidroeléctrico.
Desde el SOMA-FITAG-UGT seguimos insistiendo en que se abre un enorme horizonte de posibilidades para el sector energético, así como para proyectos de diversificación y reindustrialización que opten por la disrupción y diferenciación, y que utilicen y aprovechen las ventajas competitivas que cada territorio tiene, y sobremanera en los territorios afectados por la transición energética.