Siempre, en la celebración de Santa Bárbara, nuestro primer recuerdo es para quienes ya no están con nosotros, por haber dejado su vida trabajando en la minería o a consecuencia de enfermedades profesionales como la silicosis.
Este año 2020, no podemos ser ajenos a la pandemia que nos asola, una pandemia que marca un antes y un después en todos los órdenes de nuestras vidas y que, en su derivada económica, ha sido devastadora, a todos los niveles, actividades y sectores.
Una situación de crisis sanitaria que está alterando el normal desarrollo de nuestra vida social y exigiendo verdaderos sacrificios a profesionales de diferentes ámbitos (sanitarios, orden público, distribución alimentaria, etc.), y que contó, como no podía ser de otra manera, con la solidaridad de los mineros y mineras, que allá por el mes de abril, decidieron ponerse a disposición de distintos Ayuntamientos para colaborar en tareas básicas y de desinfección, o mediante la aportación económica voluntaria para conseguir material escaso y muy necesario en aquel momento para nuestros sanitarios. Nuestro reconocimiento a todos y todas.
Estamos en momentos cruciales donde debemos definir inequívocamente “qué queremos ser de mayores”, para trabajar de manera unida en la tarea de alcanzar nuestro objetivo común de aprovechar los fondos europeos que están por venir para nuestro progreso. Para ello, debemos ser pioneros y competir con proyectos relacionados con sectores emergentes, perfectamente identificados, y distribuidos en áreas tan importantes como la Transformación Energética, Movilidad Sostenible, Edificación, Ganadería y Agroforestal, Empleo Verde, Economía Circular, o Patrimonio Histórico Industrial y Minero.
Sectores emergentes que deben servirnos para optimizar y canalizar el volumen de recursos que van a llegar. Acertemos en los proyectos, iniciativas, no desaprovechemos ni un euro, porque siendo así, darán aún más de sí; cooperemos, no compitamos absurdamente entre nosotros, y tengamos presente la idea que hoy en día, no es el pez grande el que se come al pequeño, sino que es el pez rápido quien se come al lento. La recuperación de nuestra comunidad autónoma es labor de todos y todas, y debe estar cimentada en los fondos de transición justa que, sin lugar a dudas, son el futuro industrial de Asturias.
Existe la necesidad de pasar de las palabras a los hechos; hechos que contribuyan a vencer el escepticismo que se adueña de los territorios golpeados por la descarbonización. Se deben poner en marcha, de manera inmediata, las medidas comprometidas por el Gobierno de España, como la restauración medioambiental de calidad y generadora de empleo y que los excedentes mineros mantengan la garantía de cobertura social.
De manera adicional y complementaria, en el SOMA-FITAG-UGT estamos convencidos que HUNOSA debe seguir jugando un papel relevante y tractor como empresa pública en Asturias y en las Comarcas Mineras. Con la única pretensión de contribuir a su consolidación, hace tiempo que venimos haciendo una serie de propuestas, avaladas por expertos en cada una de las materias que se plantean, encaminadas a una diversificación integral de la actividad minera, aprovechando el acervo de conocimiento de la compañía, con el propósito de que HUNOSA se convierta en la empresa pública energética y medioambiental que necesitamos, situándose a la vanguardia de la transición energética.
Propuestas que supondrían también una reutilización de parte del Patrimonio Industrial, y que no solo mantendrían empleo, sino que generarían nuevos puestos de trabajo, ayudarían a una transición verdaderamente justa, y contribuirían a fijar población en los territorios mineros.
Propuestas que pasan por la instalación, en las comarcas mineras, de uno de los almacenes estratégicos de material sanitario y medicamentos que creará el Gobierno de España, que albergaría productos sanitarios, equipamientos médicos, vacunas y medios suficientes para afrontar catástrofes, en el contexto de una reserva a nivel europeo de capacidades de protección civil.
Proyectos que también van en la línea de utilizar el agua de mina en la fabricación de hidrógeno, o la posibilidad de reutilizar la infraestructura de las minas para hacer un centro de procesamiento de datos pionero en el mundo.
Incluso la creación de un Centro Nacional de Entrenamiento en Rescates (CNER-Asturias), que permita obtener una rentabilidad, tanto de conocimiento, como de aprovechamiento del uso de las instalaciones ya existentes, y garantía de la supervivencia de la Brigada, que necesita de un Pozo Minero para mantener el alto nivel de cualificación de sus integrantes.
Dentro del ámbito energético y medioambiental, no cabe duda de que las energías renovables deben formar parte de una HUNOSA comprometida y de vanguardia ante la imparable transición energética, por ello, y con el objetivo de crear nuevas oportunidades de negocio, puestos de trabajo, investigación y proyectos, la actuación respecto al Aprovechamiento Forestal y la Biomasa, consistiría en la creación de un “biopolo forestal”, que permita acoplar los intereses y necesidades que pueda tener HUNOSA (con sus casi 3.000 hectáreas) con los de otras empresas, centros de investigación y propietarios forestales.
Para esta valiente apuesta por proyectos tan innovadores como posibles y necesarios, resulta fundamental poner en valor todo nuestro patrimonio y conocimiento. El pasado octubre, el Montepío cumplía sus bodas de oro con mucho trabajo interno por tratar de salvar un proyecto y, desde el Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias, como Socio Protector, vamos a arropar a la Mutualidad sin ningún tipo ni de ambigüedad. Ayudar al Montepío en este coyuntural atolladero provocado por la pandemia, no es sujetar porque si a una entidad histórica con casi 300 empleos y 9.500 familias mutualistas, es apoyar un modelo de empresa de economía social que tiene mucho que decir en la implantación y desarrollo real sobre el terreno, de un montón de políticas y actividades que hoy lo conectan con decenas de asociaciones sociales, de enfermedades crónicas y de mayores en Asturias y en el conjunto de España.
Por eso, defenderemos con rotundidad que los valores y la acción social deben ser también estratégicos en este nuevo futuro que estamos construyendo; y por tanto sería un grueso error de las instituciones no ayudar hoy al Montepío, dejándolo a su suerte, como una víctima más del COVID, minusvalorando su experiencia, su capacidad y también su legado.
Como sociedad, estamos ante unos de los desafíos más importantes de los últimos años y no podemos fallar. Tenemos herramientas nacionales y europeas a nuestro alcance, así que no hay pretexto para no idear una Asturias industrial y energéticamente diferente.
Finalizo estas palabras, deseando que todos tengamos salud, que respetemos escrupulosamente las recomendaciones sanitarias, porque solo así, podremos proteger a los que queremos y apreciamos. Hoy más que nunca, quiero desearos unas buenas y Felices Fiestas, esperando, sobre todo, que el nuevo año 2021 sea mejor que el que despediremos en breve, con mucha salud y mucho trabajo para todos y todas